Tristezas vencidas


Todas las rabias sueltas como una bandada de palomas
se arrimaron para hacerme perder la fe.
Todas volaban para el lugar de los dolores y los desvaríos.
Pero así como todas las rabias se juntaban para hacerme sentir el fracaso
también se arrimaron las golondrinas  de octubre 
para que con su trino amontonen utopías y futuros 
y en esta primavera,  de este otoño que no quiere reconocerse,
la vida me acaricia.
Las rabias no tienen lugar. El abrazo es la vida.
Y en el surco profundo de los jóvenes y viejos la alegría se ríe a carcajadas.
Y es el claro mensaje que las tristezas no me han vencido. (SB)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales